jueves, 9 de febrero de 2017

CRÓNICAS VIAJERAS. ROATAN, HONDURAS



Este blog, que en un principio empecé como comentarios políticos y de opinión, a devenido en crónicas viajeras, es una manera de hacer catarsis y olvidar un poco los problemas que nos agobian diariamente en esté país, que no son pocos, y que traen a muchos al borde de la paranoia. Es tema de conversación en cualquier reunión, de escritos en las redes sociales, en fin, que estamos saturados y he decidido dedicarme, al menos en este blog, a algo mas gratificante.

El 15 de enero 2017 amanecimos casi sin dormir, el avión de Avior que nos llevaría a Miami tenía que salir a las 6:00 am, así es que las tres horas que hay que estar con antelación en el aeropuerto hicieron necesario salir a las 2:00 a m. Llegamos a Maiquetía trasnochados y nos reunimos con nuestros queridos amigos e inseparables compañeros de viaje, Plinio y Elvia Ortega.
Chequeamos las maletas y decidimos comer algo en uno de los pocos sitios que hay  abiertos a esa hora. Al llegar a la puerta de embarque que nos correspondía, nos encontramos con tremendo bochinche; había un grupo de personas arremolinadas en el mostrador que airadas reclamaban que cuando iban a embarcar. Ahí nos enteramos que muchas de ellas estaban desde el día anterior, el avión no salió ese día. Algunos tenían en el aeropuerto casi 24 horas, otras se habían ido a un hotel. Como se dice en criollo se nos aguo el guarapo, porque ya veíamos que nuestro vuelo no iba a salir ese día con la consiguiente pérdida del crucero que salía en la tarde de ese mismo día.  
No nos quedó mas remedio que sentarnos a esperar y preguntar de vez en cuando, como iban las cosas, mientras veíamos que los viajeros varados desde el día anterior reclamaban con cara de pocos amigos, no era para menos.
Por fin a las 10:00 a m, mas o menos, pudimos abordar el avión, con 4 horas de atraso y llegar a Miami con el tiempo justo de embarcar en el barco Gateaway de Norwegian Cruise Line.
En recompensa, desde el barco pudimos disfrutar de una puesta de sol espectacular.















Puesta de sol desde el barco.


Dos vistas de Miami el día que partimos. Una vez embarcados, aparte de admirar la espectacular puesta de sol, nos dedicamos a dar un recorrido por el barco para familiarizarnos con el entorno. Había una exposición de pinturas y obras de arte, que luego subastaron.






La lámpara del hall principal que cambiaba de colores.






Unas esculturas de frutas que hace unos Filipinos, cocineros del barco. En casi todos los cruceros se hacen, un verdadero arte.





Aquí al lado de de una simpática escultura de una jirafa, y una pintura, parte de la exposición de arte que luego subastaron.



Otro aspecto de la lámpara del hall principal y Johnny en las escaleras.








El segundo día en el barco fue de navegación

Tres de los viajeros, Plinio, Elvia y Johnny, la cuarta quien esto escribe, estaba tomando la foto.
Ese día de travesía, el boletín diario de a bordo te invitaba a que te sintieras libre de hacer lo que quisieras, tirarse por los toboganes de agua, descubrir nuevos restaurantes o bares de los innumerables que habían, tomar sol al lado de la piscina, en fin para todos los gustos y edades.
El tercer día llegamos a Roatán, Honduras. Mi búsqueda por Google resulto infructuosa, porque solo aparecen notas turísticas, hoteles, excursiones, etc. Así es que tuve que apelar a la información del boletín diario de a bordo.
Roatán está situada entre las islas de Utila y Guanaja, es la mas grande de Honduras, islas de la Bahía. Anteriormente se la conocía como Ruatán y Rattan. Mide aproximadamente 77 kilómetros de largo y menos de 8 kilómetros de ancho.
En 1990 Roatán era una pequeña isla de ensueño que atrajo a buzos y nadadores. Alrededor de 15.000 personas vivían permanentemente en la isla, el idioma principal era el inglés. No había carreteas pavimentadas, la compañía eléctrica estaba comenzando y los teléfonos eran una novedad. La industria turística ha hecho que todo esto cambiara de manera radical.




Vista del barco desde la isla









Una bella cayena (hibiscus) de la isla.









Vista de la isla desde un cerro cercano



Zarpando para seguir viaje