martes, 29 de enero de 2013

¿INVASIÓN CUBANA O REALISMO MÁGICO?

Llegué a Venezuela en un petrolero noruego de la mano de mis padres en 1948. La pos guerra española obligó a mi padre a buscar otros horizontes.  España después de la guerra civil, con su cartilla de racionamiento, escasez, desempleo, obligó a mucha gente a emigrar buscando mejorar su situación. 
Los petroleros en esa época solían aceptar pasajeros cuando venían vacíos para Venezuela. Llegamos a Curazao, si mal no recuerdo, y nos llevaron en lancha para La Guaira, donde un enjambre de chiquillos se peleaban por llevarnos las maletas. Montados ya con nuestros peroles en el vehículo que nos trasladaría a Caracas, remontamos la vía de la carretera vieja; quién no se mareaba en la travesía marítima seguro lo hacía por esta carretera, llena de curvas.  De ahí fuimos a parar a una pensión, cercana a la Plaza Bolívar, que llevaba el pomposo nombre de Hotel Sport. Recuerdo a mamá sentada en un banco de la plaza zurciendo los calcetines de mi padre, mientras yo me entretenía comiendo tréboles. 
Poco queda de aquella bucólica ciudad. Luego paramos en Güiria, donde papá montó con un primo hermano Ángel Mateo, una rústica, y casi casera, fábrica de bebidas gaseosas. Cola Super creo que se llamaba, todavía en casa de mi madre había la etiqueta dibujada por mi padre: Un sol que bebía con un pitillo (pajita) en un vaso que estaba en una playa de palmeras.
De ahí hubo que salir de emergencia para Caracas por un cólico nefrítico que le dio a papá, así termino para él ese intento de empresario. 
En Caracas consiguió empleo como visitador médico en los Laboratorios Andrómaco, de Argentina, empleo que conservó hasta su regreso a España, después que yo me casé y he seguido viviendo aquí desde entonces.
Mi abuelo paterno, isleño de Las Palmas de Gran Canaria, vivió 10 años en La Habana, el hermano mayor de papá, mi tío Pepe también vivió en cuba por mas de 40 años, cuando entró Fidel Castro se vino para Venezuela con su esposa. Un hermano de mi abuelo (se llevaban 20 años) nació en La Habana, otro hermano de papá también vivió algún tiempo en Cuba. Para completar me casé con un señor que nació (por accidente) en cuba de padre británico y madre venezolana; de ahí sus dos pasaportes.
El que ha tenido la paciencia de leer hasta aquí dirá: ¿que tiene que ver todo este gamelote con la invasión cubana? Bueno, quise demostrarles que lo que voy a decir a continuación no tiene nada que ver con xenofobia ni nada que se le parezca.
Llegue a Venezuela cuando acababa de caer el gobierno de Rómulo Gallegos, viví la dictadura de Perez Jiménez, y las 40 años, mas o menos, de democracia, con todos sus lunares y defectos; y ya llevo 14 años de este despelote. Nunca en todo el tiempo que llevo aquí vi nada igual. Podrán decir lo que quieran del gobierno de Perez Jiménez, de la denostada IV República, por lo menos teníamos seguridad jurídica (si no te metías en política) y se respetaba la propiedad privada. Cierto que todo no era perfecto, también hubo corrupción y ladrones; pero en comparación a lo que estamos viviendo no era nada. No tenemos instituciones autónomas, na hay seguridad jurídica, hay escasez de productos básicos, y por los vientos que soplan seguirá, no se respeta la propiedad privada, y lo peor de todo es la inseguridad personal. El que sale a la calle no sabe si regresará o lo asaltarán, la gente ya no quiere salir de su casa después de cierta hora. PDVSA es un cascarón vacío. Lo último ha sido lo de la cárcel de Uribana. El que ha visto las fotos después del desalojo, se horroriza de las condiciones infrahumanas en las que vivían los presos. Algo realmente dantesco.
Lo peor es lo que estamos viviendo, y aparentemente nadie le importa nada, la INVASIÓN CUBANA, si así en mayúscula. Estoy asombrada, por decir lo menos, que la bandera cubana ondee en todas las dependencias públicas de Venezuela, y en algunos estados del país. Para nadie es un secreto que tenemos a casi 60.000 cubanos metidos aquí. El G2 metido en todas partes, espiando a la oposición. Una oposición que parece arrodillada, blandengue, come flores. No soy partidaria de la violencia, pero tampoco de esta situación.
Y la guinda de la torta un presidente de CELAC asesino, tirano, dictador, quien da órdenes y dirige los destinos de este país. ¿Qué está pasando, dónde estas los militares constitucionalistas? si es que queda alguno. 
Tenemos un presidente ausente que nadie sabe a ciencia cierta cual es su verdadero estado, ¿en coma, muerto,? ningún parte médico como no sea los incoherentes informes de algunos funcionarios del gobierno. Estamos en un total y absoluto "realismo mágico" 
Nada se mueve en el país esperando una devaluación, o que regrese el ausente.  ¿Reaccionaremos antes de que sea demasiado tarde, o seguiremos en esta apatía, en este esperar a que venga un mesías a sacarnos las castañas del fuego? Si es así, estamos fritos. Nadie nos va a ayudar a salir de esta pesadilla. A las pruebas me remito, solo el representante de Panamá en la ONU salió a defender a Venezuela, nadie a dicho ni pío. 
Alguien cercano a mi dice que esto es insostenible, pero llevamos meses en esta situación. ¿Hasta cuándo?

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