miércoles, 28 de octubre de 2015

CRÓNICAS VIAJERAS III (LISBOA)

El 7 de octubre al mediodía emprendimos viaje hacia Lisboa. Dista mas o menos una hora con bonitos paisajes de pinos y otros árboles que no pude identificar.
Habíamos hecho reserva en un apartamento de 3 habitaciones y dos baños. Después de un corto tiempo extraviados (para variar) encontramos la dirección, ¡horror! calles estrechas y feas, el parking gratis ¡la calle! sin ascensor, solo pensar que había que caletear maletas por una estrecha escalera, tres pisos decidimos no tomarlo. Tuvimos que pagar por cancelar la reserva. Según Elvia, una anécdota mas para contar.
Nos encontramos en la calle sin ninguna reserva, empezamos a buscar donde alojarnos, mientras Plinio y yo nos quedamos en el auto esperando, Elvia y John emprendieron un tour por los hoteles cercanos, en cuatro que visitaron no había cupo, al quinto encontraron, se trataba de el Hotel Avenida Plaza, una construcción de 1892, algo así como un pequeño Versalles. Muchos salones lámparas de cristal, muebles y decoración de finales del S XIX, sin querer saltamos a un 5 estrellas.





Resultó ser un excelente hotel, muy buen servicio, y personal muy atento y servicial, el azar hizo que hicíeramos una buena elección.
Una vez acomodados salimos a conocer la ciudad. Lisboa es una ciudad bella, relativamente nueva. En 1775 hubo un devastador terremoto, por eso la mayoría de sus construcciones datan a partir de esa fecha. Este terremoto mató entre 60 mil a 100 mil personas. La ciudad fue reconstruida según los planes del Marqués de Pombal que prefirió echar a bajo construcciones medievales que habían resistido el terremoto y construir de nuevo.
El clima ha estado muy benigno, fresco en la mañana y la noche, pero a partir del mediodía hubo de 20 a 25 grados, un otoño muy cálido. No se si siempre es así o es la excepción.
El 8 de octubre lo dedicamos a terminar de conocer la ciudad en el bus de city tour. 

Visitamos el puerto la estación del tren y las edificaciones de la pasada feria Internacional de 1997.










Exposición 1997










Plaza del Rossio (Pedro IV)













Plaza del Comercio







Hotel Avenida Palace de noche


Lisboa es una ciudad amable y agradable a la vista. Su gente, en general, también son muy asequibles. Aunque en esta época ya es temporada baja, hay muchos turistas de todas partes del mundo. La única nota otoñal son los vendedores de castañas asadas en algunas esquinas de la ciudad.
Luego fuimos a almorzar para celebrar el cumpleaños de Johnny. El día estuvo espectacular.
En la noche decidimos ir a ver un espectáculo de fados, típico de aquí. Son canciones como lamentos, que si no estás acostumbrado no te acaba de gustar. Para ir a este restaurante hay que subir con un funicular, que ya es también, una atracción turística de la ciudad.


De regreso al hotel nos encontramos con una grata sorpresa, una botella de champán y unos dulcitos de piña y chocolate, cortesía de la recepción con una felicitación para el cumpleañero. Detalle bonito que nos terminó de alegrar la noche.





El 9 de octubre seguimos con nuestra visita a la ciudad.

Hermoso árbol de Lisboa, desconozco su nombre.












Así terminó nuestra estadía en Lisboa y final de nuestro viaje, al día siguiente viajamos para París, donde al día siguiente salimos rumbo a Caracas.


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